Un vestido se compone concretamente de una falda y cuerpo en una misma pieza y tela. Hasta los años 60 del siglo XX será considerado como un elemento clásico de la moda femenina, siendo desde entonces un elemento menos frecuente en su uso, relegado en ocasiones a celebraciones especiales.El vestido corto. Exclusivamente utilizado para la mañana, considerado de “media etiqueta”, es el equivalente femenino al traje de chaqueta.El vestido de cóctel. La elegancia de esta prenda está íntimamente ligada a la calidad de sus telas y al diseño elegido, pudiendo ser considerado de gran etiqueta acompañando tanto a un chaqué, un frac o un esmoquin, o de media etiqueta, con telas y diseños más sencillos, para acompañar a un traje de chaqueta.Se puede utilizar tanto para el día como para la noche, sabiendo que los colores y diseños pueden ser mucho más atrevidos durante el día que para la tarde-noche.El vestido largo. Es la prenda de más etiqueta del vestuario femenino, originariamente acompañaba al frac y el esmoquin, pero actualmente también combina con el chaqué y con el traje de chaqueta oscuro. Exclusivo para la noche.
Un vestido se compone concretamente de una falda y cuerpo en una misma pieza y tela. Hasta los años 60 del siglo XX será considerado como un elemento clásico de la moda femenina, siendo desde entonces un elemento menos frecuente en su uso, relegado en ocasiones a celebraciones especiales.El vestido corto. Exclusivamente utilizado para la mañana, considerado de “media etiqueta”, es el equivalente femenino al traje de chaqueta.El vestido de cóctel. La elegancia de esta prenda está íntimamente ligada a la calidad de sus telas y al diseño elegido, pudiendo ser considerado de gran etiqueta acompañando tanto a un chaqué, un frac o un esmoquin, o de media etiqueta, con telas y diseños más sencillos, para acompañar a un traje de chaqueta.Se puede utilizar tanto para el día como para la noche, sabiendo que los colores y diseños pueden ser mucho más atrevidos durante el día que para la tarde-noche.El vestido largo. Es la prenda de más etiqueta del vestuario femenino, originariamente acompañaba al frac y el esmoquin, pero actualmente también combina con el chaqué y con el traje de chaqueta oscuro. Exclusivo para la noche.